La cultura populista-iliberal se extiende como quiebra de la confianza hacia las redes sociales

La cultura iliberal-populista se reinventa en el principio fundamental de la quiebra de la confianza, institución substancial para el sostenimiento de la democracia, la erosión de la confianza ahora se expresa bajo el ataque a las redes sociales sembrando dudas sobre la protección de privacidad de la información que cada uno envía a través de esos medios.

El tema es otro, es el de la información que se genera sin la anuencia  explícita consciente del usuario de las redes y da origen a creación de valor cuando las organizaciones digitalizadas comercializan los datos sobre el patrón de comportamiento de la gente, con quienes los necesitan para sus fines particulares. Es un intercambio tácito de valor entre el usuario que disfruta del uso sin pago en dinero de las comunicaciones y la organización que se apropia de información colateral. Pero, ese intercambio de valores es condición necesaria para el financiamiento de cualquier red, de lo contrario no podrían ofrecer sus servicios.

Las redes más reguladas del mundo en términos bioéticos son las que tienen su sede institucional en países democráticos del primer mundo occidental: EE. UU. y la Unión Europea. De derecho en la UE las organizaciones con vínculos patrimoniales entre si no pueden compartir  entre ellas la información obtenida.

Uno de los males globales del populismo-iliberal lo constituye la distorsión deliberada de la realidad y la relativización de la verdad, ejemplo, se puede incitar a los electores a actos violentos difundiendo sin pruebas ni evidencias un fraude y en cuestión de horas llamar a la paz porque están supuestamente infiltrados. Se hace difusa la responsabilidad en los hechos y se bloquea la posibilidad de alcanzar una verdad incontrovertible, es la trama de la erosión de la democracia.

Por último, la permanencia de un negocio en el mundo libre, dentro de la ley, es determinada por las preferencias del consumidor que pueden dar lugar a errores en su decisión por manipulación cuando no posee información completa y se actúa sujeto a las pulsiones emocionales.