REPORTE SOBRE LA INFLACIÓN DEL MES DE ABRIL 2009 DE VENEZUELA

Según información aparecida esta semana (primera semana de mayo 2009) en el sitio internet del Banco Central de Venezuela[1], la inflación correspondiente al mes de abril alcanzó 1,8%. Por cuarto mes consecutivo la inflación se ubica en un nivel por debajo de lo esperado por los expertos y por encima de lo anticipado por el Gobierno. Para que la meta del Gobierno (15%) se alcance, la inflación mensual debería ubicarse en lo sucesivo en 0,93%, para que ocurra lo esperado por los expertos (más de 32,55 en promedio) la inflación mensual debería sobrepasar el 2,37% en los meses sucesivos del año en curso.

Los hechos en materia de política económica nos indican que el enfoque que prevalece es pro cíclico, es decir se está materializando un ajuste por la vía de la contención de la demanda, se prefiere la estabilidad sobre el crecimiento, en otras palabras como no se moderó el gasto público y tampoco el privado durante los años de bonanza (2004-2008), no se poseen los recursos para sostener la actividad económica y desplegar un enfoque anti cíclico en esta coyuntura. Es como si el Faraón hubiese hecho caso omiso de la interpretación de sus sueños realizado por José: No se acumularon las reservas durante los siete años de abundancia para sobrevivir a durante los siete de escasez con los excedentes acumulados. Que no se nos olvide José recomendó almacenar un quinto cada año; ¿Cuánto almacenamos nosotros? y de lo aplicado, ¿Cuánto se utilizó (invirtió) productivamente? Si el gasto aumenta la inflación ocurre lo que los expertos predicen, si no aumenta cede la inflación y también la actividad económica.

Sigue siendo nuestro país el de peor desempeño en términos de estabilización dentro de América Latina, ello nos remite a nuestra hipótesis: la crisis financiera si bien afecta, y de una manera importante, no es la causa fundamental de lo que ocurre.

El mercado de capitales apenas existe en nuestro país, las empresas que participan en la Bolsa de Valores de Caracas son unas cuantas, y la actividad más importante es la que deriva de la venta y compra de Bonos Soberanos. Tampoco hay espacio para el movimiento de capitales especulativos, existe un control de cambios y la demanda agregada no está sujeta a la dinámica de la actividad productiva interna, es esencialmente dependiente de la actividad petrolera, del gasto público. Así que hemos disfrutado de todas las condiciones para moderar la crisis, con algo de crecimiento y con una inflación más baja.

La economía venezolana ofrece poco margen para políticas anti cíclicas porque su aparato productivo tiene una alta dependencia de insumos y componentes importados, para que el gasto sea un inductor del crecimiento hace falta un apoyo en reservas de modo que el sector manufacturero pueda responder a la demanda adquiriendo insumos y equipamiento importado. Si los excedentes se hubiesen aplicado para disminuir esa dependencia y acumulado una proporción como fondo anti cíclico, ahora se tendrían más divisas para adquirir los insumos, componentes necesarios y menos necesidad de ellos por la sustitución eficiente de parte de esos componentes e insumos.

Ahora bien, aun cuando la política sea pro cíclica: se difieren los compromisos de pagos con proveedores y sector laboral, se reduce el otorgamiento de divisas a través de CADIVI, se disminuye el aporte a Gobernaciones, Alcaldías, Universidades, resulta insuficiente para la contención de la inflación. Hay que importar y no se dispone de recursos suficientes, hay que mejorar las condiciones laborales, y no se produce ni se importa lo necesario, la consecuencia es inflación por el lado de la oferta. Esta es la explicación del error de predicción de los expertos y del Gobierno.

Durante los últimos diez años la dinámica inflacionaria tiene estadísticamente el comportamiento observado en el gráfico a continuación:

Es decir los meses de Enero, Mayo, Julio, Septiembre y Noviembre son meses de impulso en los precios, son los meses de ajustes de política económica, de aumentos salariales, de vacaciones, inicio de escolaridad y disfrute de bonificaciones. Este patrón puede cambiar producto de las acciones Gubernamentales, la retórica es de largo plazo pero los hechos señalan incontestablemente que la actuación es esencialmente contextual, lo coyuntural domina el momento sobre el largo plazo, esta circunstancia genera incertidumbre y provoca ineficiencias.

Si se mantiene el estado actual de política económica, sin desbocamiento del gasto público, estadísticamente las predicciones para lo que resta del año son las siguientes:


Un indicador de coyuntura importante es el de riesgo país, que se interpreta como la posibilidad de que un país no cumpla con los términos acordados respecto del pago de su deuda externa. Ese riesgo de incumplimiento puede ser producto de razones económicas y financieras (Riesgo Soberano), de la imposibilidad de pagar el capital, intereses y dividendos debido a la escasez de reservas (Riesgo de Transferencia), y por último debido a la inestabilidad política, conflictos sociales, recesiones, fracaso del sector productivo que acontezcan en un país (Riesgo Genérico). Un buen indicador es el EMBI+ (Emerging Marquets Bond Index) desarrollado por la firma JP Morgan Chase, de periodicidad diaria. Este indicador está constituido por una canasta de instrumentos en dólares emitidos por el Gobierno, la Banca y las Empresas en países emergentes.
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El comportamiento de ese indicador (ver gráfico siguiente), en lo que va de año, puede interpretarse que la tendencia es de disminución de la inestabilidad, que la economía no está empeorando, por lo que la probabilidad de un desbocamiento de la inflación y de intensificación recesiva se están alejando.

También en términos de riesgo Venezuela tiene un mal record dentro de América Latina, el promedio EMBI+ para abril fue de 529 para la región, sólo Argentina con 1766 estuvo por encima de Venezuela.



Veamos ahora el comportamiento de dos coeficientes, el primero que se elabora como cociente entre la liquidez monetaria (LM) y las reservas internacionales netas (RIN) y el segundo el valor promedio de los bonos soberanos (BS). La liquidez monetaria está constituida por el circulante y el cuasidinero, es decir, por la suma de las Monedas, Billetes, Depósitos de Ahorro y Depósitos a Plazo, es el valor de los medios de pago en poder del público. Si el valor en bolívares de la liquidez monetaria lo dividiéramos entre el monto en dólares de las reservas internacionales netas, el resultado nos daría la cantidad de bolívares que se tendría que cambiar por cada dólar, al cierre del mes de abril cada dólar en reserva respalda a 6,80 bolívares. Por otra parte, si para importar no se obtienen recursos a través de CADIVI hay que comprar Bonos Soberanos con bolívares y luego venderlos para obtener los dólares necesarios, en promedio al cierre de abril para efectuar una compra de un artículo con el valor de un dólar eran necesarios 6,33 bolívares. De una manera más sencilla, tomando los valores medios mensuales de los últimos diez años, esto significa que la expectativa del empresario debe situarse entre 19% y 25 % de retorno para justificar un proyecto económico (para un horizonte temporal de análisis de diez años).



Como se observa en el gráfico desde el mes de enero hasta el presente el coeficiente LM/RIN ha estado por encima del precio promedio de los bonos soberanos, podemos manejar la hipótesis de que el valor de los bonos soberanos no está reflejando una coyuntura especulativa de posicionamiento del público en divisa extranjera, si así fuera el precio de los bonos soberanos estaría por encima del coeficiente LM/RIN, pues hay suficiente liquidez para hacerlo. En todo caso es más consistente pensar que las importaciones se están realizando a través de operaciones con bonos soberanos y que en ese mercado la oferta de BS ha sido limitada en relación con su demanda. Nuevamente de ser así, la coyuntura en estos cuatro meses nos señala una situación de relativa estabilización económica.




























Sigamos con los gráficos, evaluemos el comportamiento de las reservas internacionales y el precio del petróleo (cesta venezolana). Las reservas se mueven con retraso con respecto al precio del petróleo, pues primero se vende, luego se cobra, más adelante se recauda, y por último se distribuye a través del gasto público, pareciera que la baja de precios tocó fondo y que el impacto a nivel de reservas ha sido suave. Si lo que se está percibiendo en los diferentes mercados globales es una próxima salida de la crisis financiera, entonces no podemos esperar un deterioro como el que se ha venido anunciando hasta el presente y que este pueda atribuirse a la crisis financiera. Pensamos que la situación del país guarda más relación con el manejo gubernamental que con la crisis financiera. Reflexionen nuevamente en el episodio bíblico de los sueños del Faraón: ¿Cuál sería el escenario hoy si los recursos de la bonanza se hubiesen aplicado en inversiones productivas?, igualmente, ¿Si la productividad del gasto social hubiese sido mejor?, por último, ¿Si hubiésemos guardado excedentes en un fondo anti cíclico?




Definitivamente, como dice un refrán popular en nuestro país, “…lo que faltaba para completar el kilo de yuca”: durante el mes de abril los homicidios, entre el Municipio Caroní del Estado Bolívar, la Ciudad de Cumaná del Estado Sucre y los Estados Carabobo, Cojedes y Trujillo alcanzaron la cifra de 226 personas.

Durante los dos ultimos meses dos acontecimientos conmocionaron a los venezolanos la influenza porcina y el sismo de la región central. Al día de hoy[2], la Organización Mundial de Salud reportó 3.440 casos en el Mundo y y 48 decesos, el sismo no provocó decesos y pocos daños materiales. Es bueno que los venezolanos debatan intensamente sobre temas tan importantes, lo que sorprende es que más peligro se corre en las calles, y tambien en casa, de ser víctima de la violencia que por la influenza porcina y un sismo, o cualquier otra razón (hay otra bien importante las muertes en carreteras), lamentablemente no se poseen mejores fuentes para evaluar estos problemas y la ideosincracia venezolana.

Este documento puede ser descargado desde el siguiente enlace:


Francisco J Contreras M



[1] http://www.bcv.org.ve/excel/4_5_7.xls?id=410
[2] http://www.who.int/csr/don/2009_05_09/en/index.html

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