CON MOTIVO DE AUMENTO SALARIAL

El aumento salarial no puede ser visto de manera aislada, tiene que serlo en un contexto más amplio donde reflexionemos sobre su interrelación con el crecimiento económico, el desempleo y la pobreza. En nuestra perspectiva los aumentos salariales por decreto son tan solo un paliativo que se utilizan mientras se diseña una verdadera política económica de mediano y largo plazo. Igual que la droga para el adicto que disfruta instantes de ilusión mientras se daña física y espiritualmente, el gobernar por decreto crea ilusiones en el pueblo que a la larga destruyen su capacidad de asombro y sufrimiento, y hace a los gobernantes mas adictos al poder discrecional, olvidando que una Gran Nación no se construye con unos pocos sino con todos.

Desde mediados de los setenta hasta el presente hemos tenido inflación y más inflación, aumentos y más aumentos de salarios por decreto, en una carrera sin fin en la cual los salarios jamás alcanzan el ritmo de los precios. Por otra parte, es asombroso como en los últimos tiempos Venezuela resulta ser uno de los pocos países de América Latina donde ha sido imposible alcanzar estabilidad monetaria y cambiaria.

El sentimiento de postración social e individual del venezolano se profundiza más aun con las dificultades para encontrar un empleo estable y permanente en el sector productivo. El empleo se mantiene a duras penas gracias a decretos de inamovilidad laboral, cada más frecuentes, de hecho permanentes. Quien dude de la situación de crisis de los venezolanos puede constatarlo con sus propios ojos en las calles de las ciudades, donde pululan toda clase de indigentes mujeres, niños, ancianos, jóvenes, al acecho bien para cuidar carros, pedir limosnas o para apropiarse de algo que no le es suyo.

Más temprano que tarde la gente percibirá que aun cuando sus ingresos aumentan por decreto, paradójicamente compran menos que cuando ganaban menos, pero agarrando aunque sea fallo y después veremos. Así la inmensa mayoría se proletariza, se hunde económicamente y acelera su tránsito hacia la miseria, de nuevo el protagonista de nuestra conversación: la pobreza. Hay que entender que un aumento salarial no compensado con productividad se convierte en alza de precios, la única forma de aumentar el poder adquisitivo de la gente es produciendo mas, con crecimiento económico, pues no se puede repartir lo que no existe.

El aumento salarial se traslada a los precios de los bienes y servicios, con cada aumento de precios aumenta la presión tributaria, como las empresas son agentes de retención, se generan impuestos adicionales, más ISLR más IVA, la recaudación es mayor. Se genera mayor tributación con menor poder de compra, es por ello que la inflación se transforma en una manera mas de arrebatarle poder de compra del bolsillo al venezolano, hay que convencerse de que la inflación es un impuesto más, pues permite transferir recursos desde nuestros bolsillos hacia el fisco.

Cualquier iniciado en economía sabe que si el gobierno gasta más allá de sus ingresos, es inevitable la inflación y que si además ese gasto no se orienta a la inversión y se asigna discrecional y caprichosamente, tendremos no solo inflación, sino también desempleo. Hay que tomar conciencia de que ningún aumento salarial por decreto compensa el deterioro ocasionado por la inflación acumulada, todo lo contrario la agudiza. Los verdaderos aumentos en el poder adquisitivo se alcanzan cuando en un país aumenta la inversión, el empleo y la productividad, lo demás es pura ilusión, y estos eventos solo ocurren si hay confianza, gasto público productivo e instituciones.

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