La tormenta perfecta: entre el desorden monetario y la asfixia regulatoria

El desborde monetario.

La experiencia del Socialismo (populismo) del Siglo XXI ha estado caracterizada por la emisión irresponsable de dinero. Bajo hiperinflación la emisión de dinero tiende a ser insuficiente porque la velocidad de cambio de precios hace cada vez más corta la vida del cono monetario, primero, porque el gobierno con cada discurso demagógico genera más gastos aumentando el peso de la carga laboral pública y privada y segundo, porque el ritmo de la hiperinflación requiere ciclos de cambios frecuentes en la nominación de monedas y billetes (cono monetario). Necesita emitir más monedas y billetes, en un contexto de dificultades técnicas y de escasez de material para asegurar la emisión, de impericia y sin la llegada oportuna de remesas del exterior, en tanto que la misma emisión y la velocidad con la cual el dinero cambia de manos se acelera y el sistema opera en condiciones extremas. En el momento que coloquen en circulación monedas y billetes con nueva denominación, se aliviará el problema, pero por cada vez menos tiempo en tanto la oferta de bienes y servicios sea limitada. Sin una modificación del cono monetario podríamos adentrarnos en un cuadro de depresión económica con desempleo extremo y cierres masivos. Con tan bajas reservas internacionales hay pocas opciones.

Tendremos dos meses calamitosos, es aventurado adelantar pronósticos pues hay ausencia casi total de información económica oficial e incertidumbre sobre algún plan diferente al de no tener alguno. El sistema está bajo fuerte tensión a nivel de operaciones, entre el volumen logístico de remesas, con limitada capacidad en bóveda y con la presión de los mercados negros en plena ebullición, es imposible adelantar una hipótesis consistente. El riesgo de error de predicción es enorme. Cualquier especulación es plausible.

El sistema bancario puede sufrir sobresaturación y fallas de conexión en un país con precariedad en las comunicaciones, con el nerviosismo en el ambiente, al igual que cuando le dicen a la gente que la gasolina escasea, la gente busca tomar posiciones en monedas y billetes, el sistema se hace más frágil. La unidad monetaria debería ser un bolívar “supersoberano” es decir una unidad monetaria equivalente a Bs 1.000 de hoy, que muy pronto podría ser Bs 10.000. En promedio la mayoría de los bienes y servicios de menor precio rondan los mil bolívares.

Cuando se cambie el cono monetario, con una unidad monetaria de unos mil bolívares se aliviará el sistema. Los riesgos de desborde del sistema se mantendrán hasta que se tenga un nuevo cono monetario. Cuando la gente, retiene más saldos en efectivo, por cada bolívar que retiran es como que si los medios de pagos se redujeran en una proporción mayor. Esto compromete el sistema que debe utilizar una masa monetaria disminuida para comprar bienes con precios que suben continuamente. Es por ello que se recomienda tener cuidado con los rumores.

La asfixia regulatoria.

Es el otro tema de la tormenta perfecta del desorden económico es la ya comentada asfixia regulatoria en: «La defensa de la democracia bajo condiciones de asfixia regulatoria.»

Dispositivo anti frágil de perpetuación del populismo.

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