Entre la anti fragilidad y el desconcierto populista

Plan de reformas económicas e institucionales y los cambios necesarios en la cultura cívica como superación de la crisis venezolana

Introducción.

Plantearse el discurso económico sobre la crisis de Venezuela no es fácil:

Primero, las propuestas del Gobierno se circunscriben a un discurso esencialmente ideológico, político, anclado en el pasado y en desuso incluso en países socialistas.

Segundo, predomina en la comunidad profesional un paradigma macroeconómico de carácter coyuntural enfocado en ajustes de corto plazo sin contenido regulatorio anti frágil (sin mecanismos de respuesta automática del sistema que le mejoren a partir de la incertidumbre y el desorden).

Tercero, las manifestaciones de la crisis en forma de inflación, escasez y colas hacen pensar, en el común de la gente, que esos síntomas son las causas de todos los males, cuando por el contrario son las consecuencias de mala conducción de la política económica y las regulaciones extremas.

Cuarto, nuestra tesis es que la superación del populismo solo será posible con una estrategia de empoderamiento, de promoción del capital social, con base en el rescate para los pobres de la confianza, del auto-fortalecimiento, del control, del poder propio, de la decisión propia, de una vida digna de acuerdo con sus verdaderos valores, de la capacidad para luchar por sus derechos.

En Venezuela enfrentamos una situación crítica estructural que necesita resolver de manera simultánea la debilidad institucional y el fuerte arraigo cultural del populismo. El tema del populismo es transcendental en el estudio del caso venezolano pues en países con instituciones frágiles tiende la perpetuación y al autoritarismo.

Durante estos últimos 19 años en nuestro país ha proliferado todo tipo de regulaciones tendientes al control de las variables resultado de manera directa, mediante controles de precios, del tipo de cambio, del mercado laboral y del mercado de pagos internacionales. Cualquier intento de control de la manifestación de las variables resultado, al no tratar las causas de fondo empeora los orígenes de los desajustes económicos. En el caso de Venezuela, todo lo contrario de lo esperado por los controles, los precios no cesan de aumentar, los mercados negros proliferan, se paraliza la producción, se agotan las reservas internacionales con un agudo desabastecimiento.

La proliferación abrumadora de todo tipo de regulaciones, reglamentos, providencias, decretos es en este momento asfixiante, cualquier ajuste que pretenda ser exitoso necesita de reformas económicas e institucionales previas o simultáneas.

Dejar las cosas como están, a la larga de manera directa o velada, tendrá como consecuencia el ajuste de las variables resultado al alza, el aumento de la presión tributaria, con un déficit fiscal que se mantiene o aumenta. En nuestro criterio un ajuste macroeconómico que cumpliera su cometido de estabilización de precios, de unificación cambiaria con depreciaciones o devaluaciones sucesivas, de equilibrio fiscal y cesación de la emisión inorgánica de dinero es poco probable que resuelva los problemas más allá del muy corto plazo.

Reiteramos sin el acometimiento previo o simultáneo de Reformas Económicas e Institucionales con el propósito de fortalecer la gobernanza del país no habrá éxito, los poderes públicos tienen que ser legítimos, autónomos e independientes. Tiene que iniciarse un proceso de simplificación y optimización del marco regulatorio en función de la respuesta esperada del mercado (análisis de impacto regulatorio).

Desde hace unos cincuenta años, los éxitos económicos de un país bajo formas de políticas de gobiernos autoritarios son bien limitadas, sólo China lo ha podido hacer y en menor escala Irán. ¿Qué hace a esos gobiernos autoritarios con mayor éxito que los demás?, nuestra hipótesis es que, a pesar de ser autoritarios, la gobernanza se efectúa a partir de instancias colegiadas de poder, las cuales tienen de manera incipiente los atributos de los poderes públicos, autónomos y legítimos de los sistemas democráticos. Esos atributos son los que aseguran contra balances de poder que limitan la apropiación y extracción de rentas por parte de quienes ejercen de manera temporal las funciones públicas.

Francisco J Contreras M

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Plan de reformas económicas e institucionales y los cambios necesarios en la cultura cívica como superación de la crisis venezolana

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