Los senderos prospectivos del 2021 en Venezuela (cuarta parte)

La esperanza objetiva

Ella siempre estará presente, con signos fundados en los hechos, más allá de un pasajero alivio de emocional, como la fuerza auténtica para llevar una vida digna con sentido de propósito.

Los rastros aquí y ahora de un futuro mejor

Se puede explorar en nuestra realidad cercana variadas evidencias que constituyen un aliciente para el atrevimiento de mejorar desde la adversidad, por muy desfavorables que sean las condiciones entre ellas siempre habrá una oportunidad para vivir mejor.
Primero, las posibilidades limitadas para una gobernanza iliberal-populista mediante la emisión irresponsable de dinero y el ejercicio de la asfixia regulatoria como prácticas para la perpetuación en el poder y la extracción de rentas.
Los países con gobiernos que dependen de recursos externos al sistema productivo a la larga se verán obligados a incentivar las actividades económicas para generar excedente económico y así recabar suficientes tributos que les aseguren su sostenimiento en el poder. Ha sido el caso de China, de Vietnam en su tránsito a una economía de mercado y ha sido el caso de Bolivia sin posibilidades reales de extracción de rentas. En Venezuela de manera voluntaria sus gobiernos prefirieron, a consciencia o no, descapitalizar sus sectores de explotación de recursos naturales en condiciones de agotamiento prematuro en medio de una disrupción tecnológica mundial cada vez más cuidadosa del ambiente.
Segundo, la capacidad anti frágil de una incipiente economía de mercado que sobrevive y crea valor económico a pesar de la asfixia regulatoria y de los desajustes monetarios-cambiarios.
Muy poca capacidad para importar existe en el país que sea independiente del propio potencial generador de divisas por exportaciones o por eficiencia competitiva interna. Hay empresas pequeñas y medianas convencionales a las cuales se suman otras que, con base a la frugalidad, a la capacidad de transformar la adversidad en su fuerza competitiva y al desarrollo de una estrategia de creación de espacios donde la rivalidad pierde sentido, que no solo sobreviven, sino que han consolidado su sostenibilidad competitiva.
Tercero, las reservas morales de las instituciones de educación, salud, gremios, asociaciones, religiosas que en medio de la precariedad material más extrema aun mantienen viva la esperanza objetiva con creación y mantenimiento del valor moral necesario para el país. Hay una mayoría silenciosa y trabajadora cuya dedicación aun permite que lleguen alimentos a los mercados.

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