La historia numérica de la inflación en Venezuela (1831-2020)

Inflación acumulada por períodos presidenciales

Desde diciembre 2014 hasta finales de 2019, no se publicó información oficial sobre el índice Nacional de Precios al Consumidor. En nuestro trabajo original de septiembre de 2015, tomamos como referencia para proyectar la inflación el valor de la canasta básica estimada por un organismo no oficial, el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA) [1]. Esta organización hace estimaciones mensuales de la canasta básica de los sectores populares, esa información la hemos evaluado estadísticamente, comparando su comportamiento con el del Índice Nacional de Precios Nacional de Precios al Consumidor (INPC), con el resultado de que correlacionan entre sí con 99,3% de coeficiente de determinación (R2), es razonable que sea así porque  el origen de con el cual se elaboran ambas estimaciones es prácticamente el mismo. De este modo en nuestro trabajo original, a partir de enero 2015 hasta diciembre 2016, utilizamos como una aproximación del INPC, la variación de la canasta básica del CENDA, es decir, empalmamos las variaciones del índice nacional de precios al consumidor con las variaciones del valor de la canasta básica.

Desde el mes de enero 2017, la Asamblea Nacional de Venezuela ha venido publicando el Índice Nacional de Precios al Consumidor de la Asamblea Nacional (INPCAN), a partir de ese momento en nuestras estimaciones y análisis hemos tomado como referencia este indicador.

Desde finales de 2019 el Banco Central de Venezuela reinició la publicación con retraso de tan importante indicador. A partir de ese momento utilizamos esa data por ser oficial y cuando hay retrazo la complementamos con Índice Nacional de Precios al Consumidor de la Asamblea Nacional (INPCAN).

Fuente: La elaboración de esta tabla se hizo a partir de información registrada en el libro de Asdrúbal Baptista, Bases Cuantitativas de la Economía Venezolana [2] y en la información estadística del Banco Central de Venezuela [3]. A partir de esa información se hicieron los cálculos entre las fechas 1830 y 2014 (diciembre). A partir de enero de 2015 hasta diciembre 2016, se utilizó como referencia la variación de la canasta básica del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA). Desde enero 2017 la referencia es el INPCAN publicado por la Asamblea Nacional de Venezuela y el Banco Central de Venezuela.

Inflación acumulada en ciclos de 21 años en retrospectiva desde 1846 hasta el 2020

Los aumentos de precios en Venezuela se inician en  1913 con unos niveles bajos hasta 1964, a partir de 1964 ya la inflación aparece como una amenaza, convirtiéndose en inflación galopante entre 1981 y 2013, con la posibilidad de romper cualquier récord histórico, adentrándose en un estallido hiperinflacionario desde el año 2015. Venezuela ha sido incapaz de aprovechar la inmensa renta petrolera desde comienzos del siglo XX hasta estos comienzos del siglo XXI, más de cien años perdidos con un país al borde de un colapso económico.

Si consideramos que existe en Venezuela desde mediados de 2014 un abastecimiento precario (no se ofrece información oficial desde marzo 2014), muy probablemente la inflación estimada podría reflejar más de tres años consecutivos con inflación superior a tres dígitos, lo cual es signo de un estado hiperinflacionario. De manera ininterrumpida desde 1981, los venezolanos sufrimos una penitencia obligada de más de 30 años con inflación superior a dos dígitos, que convencionalmente corresponde a un estado de inflación galopante.

Efímera modernidad

Con el gobierno de Isaías Medina Angarita se inicia la modernidad en la historia de Venezuela, fue el único gobierno sin presos de conciencia, ni perseguidos políticos. Evaluaremos ese lapso utilizando como criterios fundados en la economía, la inflación y la gestión monetaria. Como buena gestión monetaria asumimos aquella donde el crecimiento de la emisión de monedas y billetes se sitúa en un rango de no mayor del 10% por encima de la variación de las reservas internacionales netas, para un país con insuficiencia estructural de medios de pagos y elevado componente importado de su sector manufacturero.

Desde 1945 pocos gobiernos califican con una buena gestión, hasta 1974 se puede afirmar que hubo sensatez monetaria y fiscal, a partir de ese momento el desafuero fue cada vez mayor, tanto en el populismo democrático como en su variante socialista iliberal, hoy nos encontramos en una condición de colapso económico. Tanto tiempo con una mala práctica de la política monetaria ha dado lugar a una cultura en la cual el político en funciones de gobierno asume como algo sin consecuencias la emisión irresponsable de dinero, así conozca sus consecuencias, éste es el argumento más contundente en favor de  la «dolarización» como único medio de control de esos desmanes.

Las consecuencias de la bifurcación civilizatoria, de la disrupción tecnológica y del desajuste ambiental se han catalizado con la aparición del COVID-19, todo el saber humano ha sido relegado a una dimensión modesta, pequeña pero trascendente, ningún espacio de desarrollo de la ciencia posee una teoría general, ni siquiera en los predios física se encuentra una aproximación de síntesis entre la mecánica, la relatividad y la teoría de los “quantos”.

Hay una renuencia en nuestro medio hacia el uso de la economía fuera de lo doctrinal y del dogma, siempre la involucran con la política y la ideología cuando su poder, en tanto que ciencia, deriva de su capacidad como caja de herramientas al servicio del bien común. Se la interpreta desde la presunción que sus teorías son liberales, socialistas, marxistas cuando sus grandes aportes han tenido diversos orígenes.

Cuando la economía es tratada como herramienta ideológica al servicio del discurso político entran en juego de modo desordenado e interrelacionado alicientes que impiden a los gobernantes renunciar a sus intereses particulares y al deseo de perpetuarse en el poder, gobernante que poseyendo información privilegiada y poder discrecional, actuarán en favor de sus beneficios particulares y en contra de la sociedad. Tratar la acción pública como signo socialista y la irreductibilidad del mercado como capitalismo es un error en los tiempos finales de la ideología

El problema de la inflación en Venezuela es difícil de evaluar en términos “cuantitativistas”, estructuralistas, marxistas, … porque en cada enfoque hay aportes y explicaciones que trascienden a la ideología, el comportamiento de la inflación guarda relación, por una parte, con la emisión de monedas y billetes, y por otra, con el déficit fiscal. Esa relación, en los predios de un rango anual de inflación de cercana a 1% y no mayor de 5%, permite a los hacedores y ejecutores de política económica gastar un poco más que los ingresos fiscales recaudados. Cuando la inflación se sitúa por encima del mínimo señalado, la prudencia señala que es necesaria la reducción de gastos fiscales. Por supuesto gastar más (menos) necesita mayor emisión (reducción) de monedas y billetes.

Venezuela estuvo en condición de estabilidad entre 1830 y empezó a mostrar los signos del mal inflacionario a partir de 1964.

RIN: variación de las reservas internacionales netas
M y B.: variación de la emisión de monedas y billetes
Promedio anual: inflación promedio anual durante el período de gobierno

Notas bibliográficas.

[1] http://cenda.org.ve/metodologiacatcbt.asp

[2] Asdrúbal Baptista. Bases Cuantitativas de la Economía Venezolana: 1830-1995, Fundación Polar, 1997.

[3] Banco Central de Venezuela. http://www.bcv.org.ve/

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