La exploración del futuro: entropía, medio ambiente, individuo y sociedad

La entropía: biología, economía, física, política y la armonía con el medio ambiente

Nos encontramos bajo la amenaza del acoso masivo que se gesta en las redes sin el rigor de la razón desde el simplismo lógico de las ideologías, las creencias y las tesis conspirativas. América Latina y África pueden quedar a las orillas de la civilización.

La resistencia a la revisión y renovación de la relación entre las preferencias individuales y las colectivas ha dejado a mundo occidental en rezago frente China, Japón, Corea del Sur o Tailandia. Peor en Latinoamérica donde domina una cultura de masas exageradamente ideologizada y politizada a la cual no escapa ni siquiera el mundo académico.

Estamos en presencia de una bifurcación civilizatoria expresada con la emergencia de tres eventos interrelacionados entre sí: la disrupción tecnológica, la crisis de la democracia occidental y los riesgos ambientales. El entendimiento de ese nuevo contexto exige una aproximación explicativa en las fronteras de la biología ambiental, de la economía de la conducta humana y de la física termodinámica.

La noción de la economía que asume como ilimitados los recursos naturales y solo como objeto de atención lo que presenta escasez relativa entre deseos y capacidades de producción, hizo que se desatendiera la importancia de la economía como proceso civilizatorio y se olvidara que el humano es parte de la naturaleza y no alguien que se sirve de ella sin consecuencias.

Las cosas poseen un valor que trasciende a la rareza, a su utilidad y a las preferencias de cada uno. No viene bien esta cita “En los días que corren la gente sabe el precio de todo y el valor de nada” (Wilde, Oscar. “El Retrato de Dorian Gray”. Ediciones Gárgola. Editorial De los Cuatro Vientos: Buenos Aires, 2004.) El valor económico se recrea sobre la base de intercambios de energía, dinero, información y materia, se abundó mucho en los aspectos transaccionales, entre lo que se demanda y lo que se ofrece, y se dejaron de lado sus consecuencias, porque las señales del mercado se expresan en precios desde percepciones instantáneas, sin considerar los costos sociales, ambientales y políticos que solo se hacen visibles en el futuro. Todo acto humano da lugar a residuos, desperdicios y desechos cuyo reciclaje y reducción de impacto ambiental son imposibles de lograr de manera plena. Nada escapa a los principios de la termodinámica.

No es posible trasplantar la certeza del modo de hacer ciencia en otras disciplinas a la ciencia económica, las cosas no piensan, la gente sí. Menos, transferir las técnicas de la ingeniería a la economía por mucho que se desee. En lo social, igual que en la salud, rigen principios dinámicos de auto regulación, es falsa la noción de la robustez en las ciencias naturales y las sociales, cuando se cree que mejoran por la vía de predicciones, controles y fortalecimiento “resiliente”. Tanto en la naturaleza como en lo social, la superación de los males se hace desde la anti-fragilidad ante las desventuras o la adversidad.

La disrupción tecnológica ha dado lugar a un desajuste, por un lado, entre la celeridad, diversidad y precariedad con la cual se organiza la cotidianidad y, por otro lado, con la inmediatez que la gente espera se les resuelvan los problemas, es un contexto que facilita la relativización de la verdad y la distorsión deliberada de la realidad. La comprensión de los problemas requiere de tiempo y energía que hacen difícil la reflexión necesaria para el entendimiento y explicación de sucesos con impactos cruciales. Es el terreno fértil para la quiebra de la confianza entre todos y hacia todos, confianza que es a su vez la condición necesaria para el sostenimiento de la vida en sociedad, esta crisis política concede libertinaje a pocos y destruye la libertad de muchos, es la mayor amenaza para la civilización: el autoritarismo. Mientras más profundicemos la armonía con la naturaleza y con nuestra propia ecología humana mejor nos irá, es la fuerza inmanente de la democracia que vendrá desde la peor amenaza para la civilidad: el populismo-iliberal, sea de izquierda o de derecha.

Estamos en un mundo diferente al pasado más allá de la recreación voluntaria de incertidumbre. Pero, a pesar de las circunstancias, de la escasez de recursos materiales y financieros, es posible el fortalecimiento desde la misma contrariedad porque un relato con sentido de propósito constituye el factor clave de mayor valor por la rareza de su condición para llevar una vida digna desde sí mismo. Es la “esperanza objetiva”, es la espera activa, paciente y perseverante fundada en la acción y la consciencia de una actuación benevolente hacia lo que uno encuentra a su alrededor. Las acciones corresponden al momento y a la consciencia de una visión positiva, retadora y posible de un futuro con sentido de propósito.

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