La economía de la postración social: entre la mercantilización del sufrimiento y la esperanza objetiva

Hay cuestiones que son de difícil discernimiento en el paradigma convencional de la economía sobre la racionalidad de los seres humanos. Somos razonables, pero dificultosamente racionales por el rol importante que tienen las emociones sobre las decisiones. Es la elección entre la esperanza y los impulsos de la postración alimentados por la carencia de información completa, el simplismo lógico, el imaginario popular y la manipulación mediática de la realidad. El populismo ha sido el gran beneficiario de esas anomalías del saber económico, de la debilidad institucional, de la anti política y del desorden. Es la crisis de la democracia liberal por la disonancia entre las élites en el poder y la gente

Estamos en presencia de nuevas formas de interrelación entre la gente, propias de la experiencia vital de cada uno frente al desprecio, al acoso, la exclusión, la discriminación y la injusticia. Hay un individualismo excesivo que atomiza al ser y lo vuelve hacia sí mismo y le hace indiferente hacia los demás, de modo que a cada uno le es fácil reconocer lo que no le gusta, pero difícilmente lo que quiere. Este individualismo perverso es la fuente del irreflexivo rechazo sin sentido de propósito a todo, es una desconfianza que postra socialmente.

Frente a ese contexto otra fuerza encuentra refugio en el confort de administrar los eventos extremos sin interés de una propuesta diferente y mejor. De este modo en la comodidad de lo pasado, se ausculta al presente con herramientas y palabras que sirvieron en otros momentos como explicación y guía de acción. Es una conveniencia que sumada a la sofocación extrema, se constituyen en la fuente de la quiebra moral del país frente al autoritarismo, dentro y fuera del gobierno. Los mercaderes del sufrimiento no solo se encuentran en la soledad del poder.

Hay que recuperar la confianza entre las élites encargadas temporalmente del ejercicio del poder y la gente afectada por esa delegación transitoria de la gobernanza. Las instituciones tienen que poseer estructuras que reduzcan la brecha comunicacional entre las élites y la gente, en términos de formulación de la política pública, de su ejecución y de sus impactos. La gente actúa bajo las pulsiones sujetas a errores sistemáticos, a lo cual se suma una desidia social que obstaculiza la reflexión profunda de las causas de los males económicos y sociales.

Es importante comprender cómo se formula política económica para que permita la superación de problemas de naturaleza rutinaria y estratégica. En la dinámica de ajuste de los procesos económicos hay mecanismos que permiten su estabilidad. Los marcadores macroeconómicos más importantes son: tasa de inflación, el tipo de cambio, la tasa de interés, la tasa de crecimiento y la tasa de desempleo. Un marco regulatorio requiere una gobernanza responsable del manejo fiscal del gasto público y de la emisión de dinero por parte de la autoridad monetaria. El control de la política fiscal y de la política monetaria, debe promover fluctuaciones suaves de esos marcadores y su retorno continuo hacia la estabilidad, ese es el mecanismo de respuesta endógeno de autocorrección del sistema. A nivel institucional, el marco normativo debe evitar que los funcionarios y la gente puedan hacer un aprovechamiento interesado de las regulaciones en su propio beneficio, alejándose de los propósitos perseguidos por las reglas. El sistema fuera de sus límites interrelaciona con el medio externo, en los ámbitos económico, social y político, con impactos recíprocos inestables, dinámicos e irreversibles.

La tarea de la intelectualidad académica es retadora pues debe encontrar los nuevos contenidos en las palabras y en las herramientas teóricas que proporcionen un marco deliberativo sobre una dinámica social que no puede ser explicada desde el pasado. Las historias enseñan, pero nunca se repiten. Los contenidos de las palabras tienen vida, pero es igualmente pernicioso llenar de excesos al lenguaje cuando no se posee la fuerza de la demarcación para la exploración de la verdad y menos evidencia concluyente que permita la refutación de lo que se afirma.

Ojalá haya entusiasmo suficiente de modo que no se siga creyendo en la realidad ficticia de enfrentamientos ideológicos entre el socialismo y el capitalismo, hay que despertar de los atavismos, para nada parecidos a lo que vendrá. Quizás una auténtica individualidad de realización y de singularidad sensible al bien común ya esté haciéndose presente frente a la humillación populista. Es el atrevimiento de apostar en favor de la esperanza objetiva y ser artesano cada uno de su propia vida para desprenderse de la economía de la postración de los mercaderes del sufrimiento.

Es posible lograr acuerdos sobre intereses generales, pero es más difícil cuando se trata de las demandas de cada uno desde sus emociones. Hay que encontrar vías para resolver el problema del individualismo volcado hacia el interior de la persona sin considerarse a sí misma como parte de la vida social e indiferente hacia los demás. En ese entorno se hace difícil el consenso pues las pasiones difieren de individuo a individuo y dependen de la experiencia vital de cada uno, todos pueden en su sufrimiento coincidir en el rechazo al estatus quo, más no en una propuesta de acuerdo que satisfaga a todos. 

En la exploración de saber económico para contribuir con la solución de las dificultades desde las mismas pasiones humanas, hay que tener en cuenta que las teorías económicas han servido para descubrir mejores alternativas frente a los problemas existenciales, cuando cada principio es superado por otro de explicación superior, sin embargo, al igual que las teorías, la realidad misma transmuta desde cada nuevo patrón de conducta humana que la hace diferente ante cada nuevo esclarecimiento.

Es ineludible la reapropiación de la economía y de la política ante la mercantilización de sus ámbitos de acción por parte del populismo. Los populistas si han comprendido el papel de los sentimientos en la política formulando programas de gobernanza que unen a todos en el rechazo, pero jamás en el tránsito hacia una vida cívica respetuosa de cada uno hacia el otro. La mercantilización del saber económico y político como fenómeno que une desde la ansiedad global tiene que ser superada. 

Este escrito lo hemos preparado considerando los aportes del historiador Pierre Rosanvallon en su libro «Les épreuves de la vie»: https://www.seuil.com/ouvrage/les-epreuves-de-la-vie-pierre-rosanvallon/9782021486438

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