Dolarización y responsabilidades ciudadanas (Frank Oswaldo López Riera)

Comentario del Profesor Frank Oswaldo López Riera, sobre el tema de la dolarización y sobre el articulo: "El Quo Vadis de los problemas económicos de Venezuela y la dolarización"

"Recordemos: Los EEUU, Inglaterra o Alemania- para donde los venezolanos quisieran irse – son sociedades que funcionan porque sus ciudadanos no abandonan sus responsabilidades ciudadanas de mantener sus instituciones a costa de sus propias vidas. Al punto de que, cuando salen de su país, es, precisamente, para dar la vida por sus instituciones."
Hola Francisco, comparto plenamente tu visión sobre este problema. Creo efectivamente que la dolarización ha sido enfocada con una perspectiva “excesivamente economicista”. Una perspectiva que, al no incorporar la reflexión sobre la dimensión político/institucional, deja fuera el verdadero problema, que es precisamente el asunto institucional. Dolarizar, desde una perspectiva política/institucional, comprender que se transfiere a instituciones extraterritoriales las competencias que la sociedad soberanamente ha delegado en sus instituciones públicas: es tener conciencia de que se está admitiendo nuestra incapacidad estructural para vivir soberana y modernamente al amparo de nuestras propias instituciones. Y en este sentido, dolarizar es, por ejemplo, renunciar a nuestra intransferible responsabilidad ciudadana de reinstitucionalizar al BCV, al sistema de justicia y a los órganos fiscalizadores y contralores de nuestra sociedad.
La lógica economicista de dolarizar para evitar la emisión de dinero inorgánico, es la misma lógica que lleva a extraditar a los delincuentes poderosos, por la debilidad de las instituciones nacionales que hacen impracticable el ejercicio de la justicia. Por tanto, si esta lógica se lleva al extremo, terminaríamos renunciando a nuestra intransferible responsabilidad ciudadana de arreglar nuestras instituciones, de practicar el ejercicio insoslayable de nuestra soberanía y de tener una economía soberana, sana, fuerte y competitiva.
Por este extravío en la mirada teórica podríamos llegar a convertirnos vergonzosamente “en la economía sana de una colonia que por ceguera teórica le terminó entregando – alegre y técnicamente- las competencias de nuestras instituciones públicas a gobiernos extraterritoriales que tendríamos que adoptarlos como nuestro protectorado.
Y finalmente, esta perspectiva economicista, que ve en la dolarización sólo problemas cambiarios y monetarios, y que cree conveniente transferir a las instituciones extraterritoriales las competencias de gobierno nacional, es la que está detrás del razonamiento -éticamente cuestionable- de los que deciden marcharse del país “porque aquí las cosas no funcionan”. Ya que tal decisión no es más que la renuncia a su intransferible responsabilidad ciudadana y al insoslayable deber darle a la sociedad un marco institucional democrático, sano y fuerte, que restituya el estado de derecho, que haga surgir la confianza para la inversión privada generadora de trabajo de calidad, de competencia económica que eleva la productividad empresarial y que de la fortaleza real a la moneda nacional.
Recordemos: Los EEUU, Inglaterra o Alemania- para donde los venezolanos quisieran irse – son sociedades que funcionan porque sus ciudadanos no abandonan sus responsabilidades ciudadanas de mantener sus instituciones a costa de sus propias vidas. Al punto de que, cuando salen de su país, es, precisamente, para dar la vida por sus instituciones

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