La necesidad de recuperación de la cultura cívica de los venezolanos en la superación del caos económico

Rembrandt-BelsazarLa recuperación de la responsabilidad cívica.

El mantenimiento de la crisis no sólo es responsabilidad de los gobernantes. La tragedia que asola al país se superará cuando la mayoría de los venezolanos asuma un comportamiento cívico, es decir, en el momento que tome conciencia, primero, de que no solo tiene derechos, sino también obligaciones, segundo, de que debe ser responsable socialmente de sus actos individuales, y tercero, de que vive en interdependencia con sus congéneres, no de su sometimiento y de la viveza criolla.

El venezolano está obligado a tomar conciencia de que las dádivas supuestamente sociales de los gobiernos cuando proceden de la limitación de las capacidades de producción, porque se confunde al excedente necesario para sostener y ampliar la producción de bienes y servicios, con explotación del trabajo y se le estigmatiza como especulación, a la larga reproduce miseria y no bienestar.

Comportarse cívicamente significa que existe un estado de derecho, debemos comprender que de manera temporal, algunos venezolanos, tienen que ocuparse de la tarea de administrar la justicia y los recursos comunes de nuestro país. Esta cesión de poder es transitoria, no debe interpretarse como un derecho perpetuo de propiedad sobre la nación por parte de los gobernantes, éstos no son más que administradores, no dueños del país, están al servicio de la gente y no al revés.

Significa también que los recursos de la Nación, bienes y servicios públicos, tienen que ser percibidos por la gente como si fuesen sus propios bienes, y no como algo externo o dado, de los cuales hay que apropiarse indebidamente o malversar hasta el agotamiento. De este modo, aprenderemos que cuando un Presidente dice: “Señor Ministro, me llamó un fulano en Margarita, hazme el favor nombra una comisión y resuelve el problema”, no esta siendo generoso, ni desprendido, ni alguien que se despoja de lo suyo para sanar al menesteroso, sino un malversador de los sagrados y escasos recursos de todos los venezolanos, quienes le asignaron esos fondos en su nombre, para que los aplicara por mandato de ley a fines previamente establecidos.

Cuando un Presidente ejecuta el presupuesto y lo hace con probidad no debe ser tomado como acto de excepcional virtud, sino como lo mínimo que se espera que haga en su administración, su incumplimiento cualquiera que sea la razón, es un delito mayor que el robo, es un crimen, pues está dejando niños sin escuela, enfermos sin servicios de salud, excluidos,..., a gente deambulando en colas en búsqueda de lo que no encuentra. Bien difícil es asumir el planteamiento sugerido, pues ese manejo discrecional es que le permite al gobernante abusar de la ignorancia de su pueblo y es también la manera de perpetuarse en el poder con base en demagogia, al amparo de lo contrahecho y la perversión de las instituciones públicas.


Un populismo irresponsable que es necesario explicar como el verdadero origen del caos económico.

Ofreciendo lo que no existe.

¿Qué mensaje expresa el Gobierno en términos de emergencia económica? Desde el discurso suave para las élites, hasta en de las largas y abusivas “cadenas nacionales” se plantea un modelo fundado en el reforzamiento de una maraña de regulaciones, de “buhonerización” de la economía, desde planes de distribución masiva de alimentos a través redes que no existen y ante todo declaraciones donde se reitera muchas veces que la responsabilidad de gobierno es de otros, porque en lenguaje “soez” con insultos se afirma que todos los males públicos se deben a cualquier circunstancia menos a la mala política pública.


Impuestos propagadores de ineficiencias.

Atrapados en la inmediatez, en su apego al poder, en el lucro, en la materialidad, en su propia seguridad, los voceros del Gobierno, no se les ocurre otra alternativa diferente a la de recurrir a los impuestos, y desvían los pocos recursos, de quienes sobreviven y producen,  para calmar el hambre y la desocupación, es así que transformamos la escasa capacidad de generar riqueza en consumo. El problema no termina, pues la misma o más cantidad de dinero circula, mientras menos bienes y servicios se producen, el resultado: más inflación con desempleo. Gira de nuevo la rueca y se acumulan presiones y males que en cualquier momento pueden hacer explosión y definitivamente dar al traste con lo que resta de democracia.


El drama del poder absoluto.

Qué argumento puede impedir pensar que la verdadera intención es la de aumentar el nivel de pobreza que existe en el país, para así asegurarse la cantidad suficiente de resentimientos, miserias y odios, terreno fértil para mantenerse en el poder. Qué impide pensar en que la única y perversa satisfacción es que todos nos igualemos en la miseria, mientras otros toman el atajo más expedito para la acumulación del poder necesario, para la apropiación de lo de lo que resta de una exhausta renta petrolera y de su reparto entre miembros de supuesta revolución, que retoca de ideología lo que no tiene lo mas mínimo de legítimo.


Audio del escrito:

La necesidad de recuperación de la cultura cívica del venezolano




Con lo que comenzamos terminamos, los venezolanos están obligados a la observancia de un comportamiento cívico que les una, de una visión de país sobre la base del empoderamiento de las capacidades de la gente, de su emprendimiento, del trabajo productivo y no del embrutecimiento de la dádiva gubernamental que les esclaviza.

Comentarios

Entradas populares